Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 11 de junio de 2011
Por César Pérez Méndez
VERITAS
El turno era para los candidatos de la UNE-Gana , pero como cancelaron su participación, el espacio lo tuvieron que abrir a otros políticos.
Ayer, al desayuno de la Cámara de Comercio, filial Quetzaltenango, acudieron los candidatos a alcalde y diputados distritales del ex gobernante Partido de Avanzada Nacional, PAN.
Les había compartido en este espacio que uno de los propósitos del sector económico quetzalteco es conocer las distintas propuestas, porque quieren saber qué podrían esperar en los próximos cuatro años, con cualquiera que llegue a los espacios de poder.
Es un sondeo de propuestas, pero también les están sugiriendo atender en sus planes las necesidades comerciales de la Ciudad de Los Altos.
Fernando Adolfo Díaz Sandoval, aspirante a la Alcaldía de Xela, llegó acompañado de los competidores por un espacio en el Congreso, Edgar Grisolía y Marvin Mazariegos; el primero, un finquero de Colomba, y el segundo, de origen quetzalteco, pero hasta hace poco vivía en la capital.
En toda su exposición, Díaz Sandoval siempre dijo "nosotros" pensamos, creemos o vamos hacer; en referencia al equipo multidisciplinario que asegura que lo acompaña en la planilla.
Y cuando se refirió a los ejes de su plan de trabajo, refirió que son tres, aunque sólo habló generalidades y no se refirió puntualmente a cada uno, y cuando se lo volví a preguntar, tampoco los subrayó.
Para este candidato, quien se presenta como una nueva opción, los problemas de Xela son los mismos, pero cada día con mayor repercusión.
Fernando Díaz ve a Quetzaltenango "como la esposa abandonada", porque ya no le llevan flores. Propone que el rescate sea mediante una administración orientada al servicio.
"Tenemos una ilusión: tener una ciudad próspera y competitiva", enfatizó el aspirante al Poder Local.
La propuesta del PAN incluye apostarle a la infraestructura para propiciar el desarrollo, según los invitados.
PUNTO FINAL. Los candidatos que no presten atención al llamado de la Cámara de Comercio pierden, no sólo el espacio, sino que la posibilidad de llevar sus propuestas a los afiliados.
