La “limpieza social” es creíble

Columna del sábado 10 de enero de 2009

Por César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

En varios puntos del país, donde han hecho advertencias de “limpieza social”, no se han quedado en simples palabras. Se ha consumado que comienzan a “eliminar” lo que socialmente estorba. Esto, por supuesto, al margen de la ley, por lo mismo, no debe ser aceptado ni avalado por nadie.
En el portal www.elquetzalteco.com.gt se preguntó a los lectores: ¿Qué percibe de la advertencia de “limpieza social” en Xela? Resultó que para el 67 por ciento, es creíble; mientras que para el restante 33 por ciento, esto se trata de una broma.
Haces escasos días, en algunas paredes de las zonas uno y tres de la ciudad de Quetzaltenango aparecieron rótulos con los siguientes textos: “Inicia limpieza social”, estos firmados por WASSA, algo que podríamos entender como las siglas de un comando exterminador. No se trata de ninguna película, por eso asusta.
Es un hecho que la mayoría estima que puede ir en serio la amonestación, aunque habría que preguntar algo más. ¿Si están o no de acuerdo? Yo presumo que la respuesta vendría más o menos en la misma línea que la anterior, tomando en cuenta que esto puede ser porque la población, o algunos sectores, se cansaron de estar desprotegidos y que las fuerzas de seguridad pública hagan poco.
Ha sucedido en Escuintla, donde un llamado “Comando de la Muerte” ha ejecutado a varios delincuentes. Este grupo, en sus escritos informaban al pueblo de Palín que ya cansados de tanta extorsión, robo e intimidación, estaban en acción.
Y todavía más cerca de Xela, en Sololá, el año pasado, hizo su aparición el Escuadrón de Limpieza Social integrado por unos 30 hombres armados al “servicio de la seguridad del pueblo”. De esa cuenta, lo malo, porque se convierte igualmente en una extorsión, estos grupos exigen algunas sumas de dinero a algunas familias o empresarios por su “servicio”. En otros casos, son contratados y así finalmente sigue siendo otro mal que se suma a la violencia e inseguridad.
Por ello, la responsabilidad de que no exista inseguridad y en consecuencia estos grupos al margen de la ley, recae sobre las autoridades.

PUNTO FINAL. Digamos sí a la limpieza social, pero no del modo criminal, sino moral.