Columna publicada en elQuetzalteco el 5 de septiembre de 2009
Por César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS
La desnutrición no es nada nueva, pues todo el tiempo ha sido pariente de la pobreza. El hambre no se va ir, ahí seguirá, porque no se combate de raíz y porque tampoco se ha querido identificar su verdadera causa.
Vivir sin alimentos no es un problema social, hay que ver y entender esto. Si clarificamos nuestras ideas, seguramente vamos a encontrar una posible salida a lo que ahora se ha convertido en una crisis alimentaria y la que se vislumbra en aumento.
El hambre es un problema económico. Si toda la gente tuviera un trabajo digno, en las casas habría lo básico, por lo menos, comida.
Llevar alimentos a las comunidades no es la solución, porque el hambre sólo se calma momentáneamente y la raíz del problema persiste.
Veo una salida con la creación de fuentes de empleo, porque quien trabaja al menos tiene para comer.
Sólo quise resumir mi punto de vista sobre un tema que todos están comentando, aunque hoy me voy a referir a la otra desnutrición... la que muchos otros padecen, sufren y tantos más que ni se dan cuenta que están bien debilitados, agotados, desfallecidos y decaídos.
Son todos aquellos y aquellas que tienen el estómago lleno, que en su despensa no hace falta nada, pero que sus carencias se reflejan en sus semblantes, porque ya ni sonríen.
Están desnutridos de afecto y amor, les hace falta cariño; un nutriente tan importante para vivir y no únicamente sobrevivir. Entonces, estos decaídos no pueden dar lo que no tienen.
La otra desnutrición es la falta de paz, una tranquilidad que no la da el dinero, la posición social o aspectos materiales, sino que sólo se encuentra en uno mismo; no estoy hablando de seguridad, para no confundir.
Y qué tal la otra debilidad humana, como desnutrición, la falta honestidad; no son capaces de asumir y andan buscando al responsable hasta de haberse levantado tarde.
PUNTO FINAL. ¿Usted quiere ser nutrido en afecto, amor, paz y honestidad? Es fácil, dé usted primero lo que quiere recibir.
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