El diario El Universal publica hoy que investigadores chilenos notaron que cuando aumenta la actividad solar, los casos de depresión disminuyen. En cambio cuando baja la actividad, se incrementan los enfermos.
Un equipo de investigadores encabezados por Fernando Ivanovic-Zuvic, especialista de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile, estudió la relación entre el aumento de depresiones y manías respecto de los vaivenes de la intensidad de la actividad solar. Se dieron cuenta de que había una relación entre ellos.
Desde mediados del siglo XIX que los astrónomos saben que el Sol tiene un ciclo de 11 años, el que parte con poca actividad, pero que luego va aumentando progresivamente hasta llegar a un pico para comenzar a descender de nuevo.
Durante esa cíclica, pero frenética actividad aparecen manchas en la superficie del Sol, pecas que emiten mucha energía magnética y de la que los humanos no somos conscientes.
Durante 16 años, un ciclo y medio del Sol, el equipo contabilizó los pacientes que llegaban a la Clínica Psiquiátrica Universitaria, que presentaban por primera vez una depresión.
"Revisamos casi dos mil historias, pero nos quedamos con 450 casos, ya que descartamos las depresiones causadas por eventos externos y las que ya estaban siendo tratadas con medicamentos".
El equipo comparó en el tiempo la ocurrencia de nuevos casos de depresión y el cambio de la intensidad de la actividad solar.
"Nos dimos cuenta de que cuando aumentaban los fenómenos en la superficie del Sol, los casos de depresión disminuían. En cambio, cuando la actividad bajaba, subía la cantidad de enfermos", cuenta el experto.
"Sabemos que la luz afecta el ánimo, pero no sabemos cómo la energía magnética del Sol nos influye", aseguraron los científicos chilenos.