Tragedia en Haití, una semana después

Hoy se cumple una semana del terremoto de 7 grados que literalmente sacudió Haití. Una semana después no se tiene una cifra exacta del número de muertos, se había dicho que podrían ser 100 mil, pero anoche los reportes daban cuenta que podrían ser más de 150 mil.
Esta tragedia no es de un momento, ni de una semana, quizás lleve años para que la isla se recupere. Por ello, la ayuda tendrá que ser permanente y en este caso, Guatemala ha enviado ya su granito de arena. Aunque la ayuda más significativa es la de EE. UU que, según su presidente Obama: “no dejaremos solos a los haitianos”.
Y hablando de temblores, afortunadamente el de ayer, de 5.4 grados, sólo asustó a los guatemaltecos y salvadoreños. Al respecto, en seguida el interesante Editorial que publica hoy el periódico elQuetzalteco:

Susto de 27 segundos obliga prepararse
A los guatemaltecos nos tocó ayer vivir 27 segundos de miedo y pánico; en ese momento vino a la mente de la mayoría la tragedia de Haití y la posibilidad de que se repitiera aquí.

El susto no podía ser menor, si la magnitud del temblor fue 5.4 grados en la escala de Richter y 4 en la escala de Mercalli. Comenzó a temblar a las 9:40 horas, cuando la mayoría de personas ya se encontraba en su lugar de trabajo y también iniciaba el primer día de clases en los centros educativos privados.

Por su prolongación de 27 segundos, se pensó lo peor, aunque afortunadamente no pasó de inquietar a la población.

Sin embargo, las cosas no deben quedar ahí, se debe pensar en extremos para estar alertas y, sobretodo, preparados. Hay que recordar a la población, sin el afán de alarmar, que el territorio guatemalteco se encuentra sobre dos fallas geológicas, situación que mantiene el riesgo de un temblor o terremoto de fuertes magnitudes.

Lo preocupante es que lo anterior se sabe desde hace mucho, empero, no se actúa al respecto. En el caso de los centros educativos, ayer que iniciaron un nuevo ciclo, presumimos que no estaban preparados; es decir, no tienen establecidos los respectivos planes de emergencia o evacuación. Para este caso, los inmuebles deben tener debidamente señalizadas las salidas de emergencia.

La propuesta es estar preparados en cualquier lugar y en todo momento.

Así que, al susto de ayer, hay que sacarle un beneficio: prepararse. En el caso de los centros educativos, deben desarrollar e implementar planes de emergencia, para los cuales pueden solicitar ayuda al personal de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Conred, o los socorristas de la Cruz Roja y Bomberos Voluntarios.

Porque nunca se sabe cuándo y dónde puede originarse un sismo de mayores magnitudes. Hasta el momento, los expertos sólo pueden predecir la eventualidad, pero no el momento exacto para estar preparados. El punto es saber y asumir que estamos en una zona de alto riesgo y que incluso compartimos una placa tectónica con Haití, la del Caribe.

Por otro lado, si vemos a nuestro alrededor, ya sea en nuestros hogares, oficinas o negocios, tampoco estamos listos ni previstos, porque no nos hemos preparado para saber cómo actuar en una eventual tragedia. Ante un temblor priva el pánico y lo recomendado es actuar con la razón. Para esto hay medidas específicas que deben ser conocidas por todos.

En resumen, diríamos que, a pesar que todos saben del riesgo, nadie se alista. Ojalá nunca sea tarde, porque enfrentar una tragedia, como la que están viviendo los haitianos desde el martes anterior, sería muy lamentable, pero peor sería si nos tomara desprevenidos.

Reiteramos que no se trata de ninguna falsa alarma, suficiente es recordar aquel 4 de febrero de 1976, hace 34 años, cuando el país fue sacudido por un destructivo y fatal terremoto de 7 grados.