Que nadie se atribuya el hospital del IGSS
Editorial
Para sustentar esta opinión, hay que traer a colación las palabras del historiador quetzalteco Francisco Cajas Ovando, quien aseguró, a este medio de comunicación, que desde hace 45 años se había visualizado la construcción de un hospital regional del IGSS en la Ciudad Altense; así que no es una idea nueva, para que ahora vengan los políticos y se atribuyan la megaobra, más en estos tiempos cuando andan viendo de qué se agarran para conseguir votos para las elecciones de este año.
La construcción de un centro asistencial del IGSS es porque existe la necesidad, de parte de los usuarios, de que sean dignamente atendidos; y, en segunda instancia, es porque existe la capacidad estatal de invertir en esta región; así que no es por casualidad ni por caridad de nadie. En todo caso, quienes han intervenido para que se lleve a cabo, sólo estarían haciendo su trabajo de gestión, como corresponde.
Ahora bien, ¿por qué es importante que nadie se atribuya esta megaobra? Por varias razones, pero principalmente porque estamos viviendo un año electoral; no sería justo, pero además, si se lo atribuyen personas o partidos políticos, seguramente sucedería lo que teme la Comisión Proconstrucción del Hospital del IGSS, que la obra se detenga por intereses mezquinos, y esto sí que vendría a perjudicar a quienes esperan un mejor servicio médico; es decir, la población en general.
Es sumamente importante que este proyecto se aparte de la contienda electoral, para que no sufra de ningún tinte que frene su construcción y posterior equipamiento. Es más, para ser más claros, le recomendamos a los políticos que se alejen del proyecto, porque lejos de ayudar podrían estorbar.
De la construcción del Hospital Regional del IGSS mucho se ha hablado, incluso en varias ocasiones habían colocado la primera piedra y nada pasaba, porque por alguna razón "misteriosa", la obra no daba comienzo.
Ahora que ya se ve el movimiento de tierra y que han circulado el terreno ubicado en la colonia Molina, zona cinco de la ciudad, es momento que se les dé el beneficio de la duda a las autoridades del Seguros Social, para que no se detengan con la proyección y así la empresa ejecutora cumpla el plazo de dos años para terminar la obra.
Esos Q265 millones que se invertirán en la obra gris, más los Q80 millones en equipamiento, deberán tener un fin que concluya, no sólo en mejores instalaciones y tecnología, sino que en un mejor servicio a la comunidad, porque hoy por hoy el Seguro Social está en deuda con la población y más que sentirse cómodos por los servicios que prestan, les debería de dar vergüenza.
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