Pero ni que fuera Nelson Mandela

Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 2 de julio de 2011

Por César Pérez Méndez

cperez@elquetzalteco.com.gt

VERITAS

En ocasiones mi optimismo flaquea y empiezo a creer que en Guatemala sí que estamos fregados; cuando lo que parece imposible se convierte en una triste realidad. 

Sólo aquí pasa. ¿Dígame usted si no? Hay que esperar que alguien salga de la cárcel para pretender convertirlo en Presidente de la República.

Guatemala no tiene líderes, y si tiene, están bien escondidos o acomodados en sus territorios y dominios; por lo mismo, nos toca presenciar capítulos como sólo lo sabe ofrecer la desgastada clase política del país. En pocas palabras, son los mismos de siempre. 

Voy a anticipar que no tengo nada en contra del doctor  Alejandro Giammattei, pero por la coyuntura le toca ser el ejemplo de la pobreza de liderazgo en nuestro país.

Apenas hace unas horas que dejaron en libertad al político y ex director del Sistema Penitenciario y ya lo están presentando como aspirante a la Presidencia por el Centro de Acción Social, Casa; al menos en Quetzaltenango, están casi seguros que él los representará en la contienda.

Ni había salido de la prisión y ya lo estaban esperando para ser su presidenciable; con todo respeto, pero ni que fuera Nelson Mandela, el político sudafricano arrestado y condenado por sabotaje, quien luego de conseguir su libertad fue el primer Presidente electo democráticamente para el periodo 1994 - 1999.

Hasta ayer, Giammattei no había confirmado ni descartado su participación; pero, por favor, no cree que existan más personas que podrían ser los candidatos a cargos tan importantes como dirigir un país.

Creo que Giammattei tiene sus méritos como haber tenido el carácter para desmantelar Pavón, lo que le costó que lo acusaran de ejecución extrajudicial; pero hasta ahí, porque imagine que, inocente o culpable, cómo se vería su salto de la prisión a la Presidencia.

Sólo nos faltaba también que un ex presidente procesado y absuelto por peculado, como Alfonso Portillo, desde la prisión, compitiera por una diputación, como aún pretende, aunque no pueda.

PUNTO FINAL. Este panorama no va a cambiar, a menos que los buenos realmente sean más y procuren buenos representantes políticos.