viernes, 29 de septiembre de 2006

Iba correr sangre, pero se evitó

Columna del sábado 30 de septiembre de 2006

César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

La respuesta de los reos de la Granja Penal Cantel, en Quetzaltenango, más que inteligente, fue prudente; salvaron sus vidas, al menos, los encargados del control interno de ese centro irrumpido por la anarquía.
Luego de la toma violenta de Pavón, con saldo de siete reclusos muertos, se avizoraba que lo mismo ocurriría en otras cárceles del país, incluyendo Cantel.
El lunes en horas de la tarde, después del vasto operativo combinado en Fraijanes, el director del Sistema Penitenciario, SP, Alejando Giammattei, lanzó la seria advertencia. Dijo que en breve, al precio que fuera, tomarían el control de todos los penales.
Las palabras de Giammattei, en ningún momento se constituyeron en amenazas, sino en una afirmación de lo que vendría para recuperar el control perdido desde 1996. A sabiendas de lo que se avecinaba, 24 horas después del desalojo en Pavón, el martes, los reclusos de Cantel se sentaron a la mesa, no para discutir, porque para ello no hay tiempo, sino para optar por su única salida: entregar el penal a las autoridades del SP.
La coordinadora de reos, denominada “Unidos por la paz y la esperanza”, redactó la carta y hasta el miércoles por la tarde fue entregada a Giammattei, en la capital; en el documento los reclusos ceden el control del penal y piden que las acciones de las autoridades sean pacíficas.
¿Cómo debe interpretarse la medida o disposición de los reos de Cantel? La primera apreciación que deja es de temor, miedo porque les suceda lo mismo que a los de Pavón. Así es, tiene que darse ejemplo de seriedad en las decisiones y acciones de las autoridades, para que los resultados se den por sí mismos. De no haber asumido la responsabilidad de recuperar Pavón, los reclusos de los demás penales seguirían en este momento viviendo como reyes, solapados por la debilidad y falta de voluntad de quienes gobiernan.
A pesar de la “buena voluntad” de los internos de Cantel, recuperar el control del centro implica una revisión minuciosa y desarticulación de las bandas delincuenciales que ahí han logrado reunirse, favorecidos con traslados dudosos.
Aunque sea de forma pacífica, la semana próxima, cuando Giammattei llegue a Quetzaltenango, se espera que también salgan a luz pública los desmanes ocultos tras las rejas de Cantel.

PUNTO FINAL. Presionado o por voluntad propia, Alejandro Giammattei ha sido protagónico en la recuperación de las cárceles; sería un ideal ministro de Gobernación en el próximo gobierno. Aunque es sabido, el gobernante que llegue hará su santa voluntad.

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