Hablando de ganadores y perdedores

Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 3 de septiembre de 2011

Por César Pérez Méndez

cperez@elquetzalteco.com.gt

VERITAS

Ya ni lamentarse es bueno. Políticamente, lo que no se hizo a tiempo y en el momento oportuno, ahora de nada sirve.

A pocos días de las elecciones generales, la desesperanza comienza a inundar a los contendientes, aunque deben estar sabidos que ganadores son pocos. 

En este momento hay tres tipos de candidatos: Los que están convencidos que van a ganar, aunque nada está seguro; los que saben que tienen posibilidades; y, los que definitivamente saben que van a perder, porque ni sus conocidos van a votar por ellos. 

A pesar de que cada uno, en lo personal, sabe su situación, hay que irse preparando para cualquiera de los únicos dos escenarios: ganar o perder. 

 A todo esto, hablando de ganadores y perdedores, leí que, cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me equivoqué"; y, cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue mi culpa".

Seguí leyendo que, un ganador trabaja más fuerte que el perdedor y tiene más tiempo; un perdedor está siempre "muy ocupado" para hacer sólo lo que es necesario. 

Un ganador enfrenta y supera el problema, un perdedor le da vueltas y nunca logra pasarlo. 

Un ganador se compromete, un perdedor hace promesas.

Un ganador dice: "Yo soy bueno, pero no tan bueno como a mí me gustaría ser"; un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente". 

Un ganador escucha, comprende y responde; un perdedor sólo espera hasta que le toque su turno para hablar.  

Y dice que, un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente; un perdedor no colabora y siempre dice: "Yo sólo hago mi trabajo". 

Un ganador dice: "Debe haber una mejor forma de hacerlo"; un perdedor dice: "Ésta es la manera en que siempre lo hemos hecho". 

Un ganador como usted comparte este mensaje con sus amigos; porque un perdedor como los otros es egoísta y se lo guarda para sí mismo. 

PUNTO FINAL. Los perdedores, que son más que los ganadores, deben estar preparados porque, si no, puede que les pase lo que a un candidato, hace cuatro años, terminó en terapias, durante seis meses, ante un psicólogo.