ME ESTRENO EN ESTE ESPACIO
Los anteriores artículos son de mi archivo personal, a partir de ahora, semanalmente, cada sábado, encontrará una nueva opinión que simultáneamente se publica en la edición impresa del periódico elQuetzalteco del Grupo Prensa Libre y en su edición on-line www.elquetzalteco.com.gt
¡Bienvenidos!
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Columna del sábado 29 de marzo de 2008
Escándalos sexuales
César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS
Cuando los protagonistas son funcionarios públicos, no hay que ir tan lejos, hasta Nueva York, donde al gobernador, saciar sus más bajas pasiones y desenfrenos carnales le costaron el puesto; aquí pasa lo mismo, pero sin hacer tanto alboroto o es que saben disimular sus actos.
Además del ahora ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, esta semana un nuevo escándalo sexual envolvió a un funcionario estadounidense; se trata de Kwame Kilpatrick, alcalde de Detroit, Michigan, acusado de conducta inapropiada.
Pero bueno, eso pasa allá, en el Norte; y aquí, en Guatemala, o para ser más preciso, en Quetzaltenango, no es muy distinto el comportamiento de los funcionarios, sólo que nadie les dice nada ni les costaría el puesto de comprobarse sus movidas al margen del recato y la buena conducta.
Como no se trata de ser mala onda -porque la carne es débil, dice un compañero-, con ellos ni con sus chicas, novias o conquistas, me voy a reservar la información sobre los actuales mandamases y les voy a contar lo que hacían en el pasado reciente algunos funcionarios.
Era ese jefe edil que enamoró a una guapa y joven profesional, y cuando ya se empezó a echar color, como dijeran los patojos, su mejor amigo, un síndico, le prestaba su carro con vidrios polarizados para pasar desapercibido. Los un tanto observadores -metiches- llegaron a tener información de que ese mismo auto frecuentaba un autohotel en las afueras de la ciudad, a saber con quién a bordo, propietario o amigo; ambos funcionarios casados. Como el alcalde de Detroit, casado, pero en romance con su jefa de Gabinete.
Otro caso, hasta pintoresco, visto en Xela, el concejal que andaba con dos muchachas bien dotadas y que cuando se le preguntaba decía que eran amigas, cuando en realidad, quienes las habían conocido sabían que eran parte del catálogo de masajes -prostitución a domicilio-. Seguramente las había contratado sólo para compañía.
Y así podría citar, hasta con nombre propio estos y otros casos, pero el punto es que no pasaría nada y se quedaría talvez en rumores o lo más, la desintegración de familias, pero difícilmente costaría el puesto a un funcionario, principalmente porque no está legislado y luego porque desafortunadamente estamos acostumbrados al mal comportamiento -corrupción, por ejemplo- de quienes ejercen el poder.
Aunque para mí, el gobernador Spitzer es ejemplo, porque admitió haber pasado una noche con una prostituta, luego pidió perdón y dejó el cargo, algo que aquí jamás pasaría.
PUNTO FINAL. A partir de ahora, también pueden leer mis pensamientos en: http://cesarperezmendez.blogspot.com/ y dejar sus comentarios.
Los anteriores artículos son de mi archivo personal, a partir de ahora, semanalmente, cada sábado, encontrará una nueva opinión que simultáneamente se publica en la edición impresa del periódico elQuetzalteco del Grupo Prensa Libre y en su edición on-line www.elquetzalteco.com.gt
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Columna del sábado 29 de marzo de 2008
Escándalos sexuales
César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS
Cuando los protagonistas son funcionarios públicos, no hay que ir tan lejos, hasta Nueva York, donde al gobernador, saciar sus más bajas pasiones y desenfrenos carnales le costaron el puesto; aquí pasa lo mismo, pero sin hacer tanto alboroto o es que saben disimular sus actos.
Además del ahora ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, esta semana un nuevo escándalo sexual envolvió a un funcionario estadounidense; se trata de Kwame Kilpatrick, alcalde de Detroit, Michigan, acusado de conducta inapropiada.
Pero bueno, eso pasa allá, en el Norte; y aquí, en Guatemala, o para ser más preciso, en Quetzaltenango, no es muy distinto el comportamiento de los funcionarios, sólo que nadie les dice nada ni les costaría el puesto de comprobarse sus movidas al margen del recato y la buena conducta.
Como no se trata de ser mala onda -porque la carne es débil, dice un compañero-, con ellos ni con sus chicas, novias o conquistas, me voy a reservar la información sobre los actuales mandamases y les voy a contar lo que hacían en el pasado reciente algunos funcionarios.
Era ese jefe edil que enamoró a una guapa y joven profesional, y cuando ya se empezó a echar color, como dijeran los patojos, su mejor amigo, un síndico, le prestaba su carro con vidrios polarizados para pasar desapercibido. Los un tanto observadores -metiches- llegaron a tener información de que ese mismo auto frecuentaba un autohotel en las afueras de la ciudad, a saber con quién a bordo, propietario o amigo; ambos funcionarios casados. Como el alcalde de Detroit, casado, pero en romance con su jefa de Gabinete.
Otro caso, hasta pintoresco, visto en Xela, el concejal que andaba con dos muchachas bien dotadas y que cuando se le preguntaba decía que eran amigas, cuando en realidad, quienes las habían conocido sabían que eran parte del catálogo de masajes -prostitución a domicilio-. Seguramente las había contratado sólo para compañía.
Y así podría citar, hasta con nombre propio estos y otros casos, pero el punto es que no pasaría nada y se quedaría talvez en rumores o lo más, la desintegración de familias, pero difícilmente costaría el puesto a un funcionario, principalmente porque no está legislado y luego porque desafortunadamente estamos acostumbrados al mal comportamiento -corrupción, por ejemplo- de quienes ejercen el poder.
Aunque para mí, el gobernador Spitzer es ejemplo, porque admitió haber pasado una noche con una prostituta, luego pidió perdón y dejó el cargo, algo que aquí jamás pasaría.
PUNTO FINAL. A partir de ahora, también pueden leer mis pensamientos en: http://cesarperezmendez.blogspot.com/ y dejar sus comentarios.