viernes, 28 de diciembre de 2007

El sustituto

Columna del sábado 29 de diciembre de 2007

César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

Entre lo que se lleva el 2007 está uno que otro funcionario público; se despiden con el año, porque el 14 de enero está a la vuelta de la esquina.
Están los que se van como entraron, con el mismo peso en sus bolsillos; están los que cambiaron hasta su estilo de vida; pero también están los que se van sin pena ni gloria, ni los conocimos o si los vimos, ni cuenta nos dimos a qué se dedicaban.
Así son las cosas en el quehacer público, van y vienen en puestos clave, importantes y, están los que sólo adornan y los que estorban; aunque hay un cargo que nos debe preocupar, se trata de sustituto de Salvador Gómez Escobar, gobernador departamental.
No es cualquier silla, hueso, puesto o cargo, se trata del representante del nuevo presidente, Álvaro Colom, en el departamento de Quetzaltenango, donde vivimos más de 700 mil personas.
Pero lamentablemente, cualquiera podría llegar a la puesto, nada más con haber cumplido 30 años, ser guatemalteco y otros mínimos requisitos; sin sentido, cuando se está buscando al representante del Ejecutivo. Sinceramente, por eso estamos como estamos…
Antes de pensar en quién podría ser el nuevo gobernador quetzalteco, se deberían revisar sus atribuciones, para ver si da la talla. Así como yo lo veo, a ninguno de los primeros cuatro aspirantes le confiaría este primordial cargo; no porque no les quede el tacuche, sino porque la silla es muy grande.
Si vemos la lista, está Benedicto Noriega; sólo por estar cerca de la Gobernación. Luego, Osward Gramajo, quien por no haber conseguido una plaza en el Congreso, ahora quiere el chance. Miren a Juan Pablo Quixtán, sólo por ser esposo de la diputada electa, Bety Canastuj. O que tal Erick Filitz que, tras no ser reelecto como alcalde de Colomba, quiere el ascenso.
Se dan cuenta, ninguno, porque aquí, perdón por la alusión, pero se necesita alguien con carácter, porque el puesto no es sólo para negociar e inaugurar obras, sino que también para tomar las riendas de la Policía Nacional Civil, PNC, como debe ser y como manda la ley.
La convocatoria de la mal llamada sociedad civil tampoco ofrecerá buenos candidatos, porque para comenzar no es representativa; se reúnen unos cuantos señores que al preguntar ni los conocen.
Si presentan una terna, como lo plantean, será importante conocer qué ha hecho cada aspirante y no lo que quiere hacer; por sus frutos los conoceréis, dijo el Señor, no lo digo yo.

PUNTO FINAL. Otra historia sería si al gobernador lo eligiéramos popularmente, como en México; al menos sería más representativo y no nombrado por unos cuantos.