viernes, 7 de diciembre de 2007

La rotonda de la locura

Columna del sábado 8 de diciembre de 2007

César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

La infraestructura vial también se pone de moda y como en la ropa, igualmente es importada. No crean que la idea de las rotondas construidas en la ciudad de Quetzaltenango es diseño propio, imagínese, dicen que fueron copiadas de Italia.
Es cuestión de gustos, pero no me parecen nada atractivas; eso sí, funcionales. Desde hace unos días, son ya ocho las rotondas en la ciudad altense; la última, construida en el cruce a Olintepeque y el Centro Regional de Justicia, en la zona seis.
Esta reciente edificación ha sido de las más oportunas y necesarias, tomando en cuenta los constantes accidentes reportados en el lugar. Así que ya pueden estar tranquilos los bomberos que la exigirían y los policías de tránsito que catalogaban el sector como difícil de controlar. Pero lo más importante, los conductores nos sentimos más tranquilos y confiados al atravesarnos ese tramo inicial de la autopista Los Altos.
Aunque no todo está resuelto, porque la falla sigue siendo de muchos pilotos que no tienen la cultura de usar rotondas; a pesar de la señalización no saben quién lleva la vía. Se meten como pueden cuando deberían dar paso a quien circula sobre la rotonda.
A pesar que la tarea es muy simple, en la ciudad hay una rotonda donde las autoridades desatan la locura del tránsito, vaya pues, para decirlo de otra manera, provocan el desorden.
Aunque para quienes vivimos aquí puede ya ser normal o estemos acostumbrados, la rotonda del monumento a Tecún Umán, zona siete, es la única donde al estar circulando sobre ella no llevamos la vía. Tienen luz verde los que vienen de la Pepsi, los que van subiendo por la 27 avenida y los que ingresan por la autopista Los Altos. Grave error, pero nadie dice nada.
Por los accidentes que ahí han ocurrido, la Policía Municipal de Tránsito debería hacer el cambio, porque quienes nos visitan o no pasan con frecuencia por el sector, creen llevar la vía.
La educación vial es escasa y con estas cosas sólo se desorienta y se provoca el riesgo de percances, tomando en cuenta que la señalización pasa inadvertida.
Generalmente en un suceso vial hay uno o dos responsables, pero cuando ahí ocurre algo, hay un tercer responsable, la autoridad que permite el caos.

PUNTO FINAL. No tiene nada que ver con el tema de hoy, pero con gusto le comparto que elQuetzalteco está nominado a recibir un reconocimiento por su contribución con el desarrollo humano, otorgado por Naciones Unidas. Dicen que no hay que mojarse los pies antes de llegar al río, pero la nominación cuenta.