Un quetzalteco es profesor honorario en Argentina

Columna publicada en elQuetzalteco, el 10 de octubre de 2009

Por César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

Nadie puede negar que entre los mismos profesionales existe celo cuando alguien sobresale, el mismo protagonista de la nota lo sabe y me lo decía; por eso, y con más gusto me refiero a su logro, el cual debe reconocerse por su importancia y, sobretodo, porque es un verdadero honor.
Quetzaltenango no sólo ha tenido, sino que tiene destacados profesionales; ahora uno de ellos, por sus méritos y trayectoria, fue nombrado Profesor Honorario de una prestigiosa casa de estudios superiores gaucha, fundada el 7 de marzo de 1964.
Si no sabe quién es, le voy a dar algunas pistas. Tiene 60 años. Figuró como diputado distrital por Quetzaltenango, durante el primer periodo democrático del país, de 1986 a 1991; fue el único mandato de cinco años, porque después se reformó la ley para que fueran cuatro años, como está vigente actualmente.
No es que la haga cansada, pero debemos conocer a nuestra gente. Le doy un dato reciente: Es el actual presidente de la Comisión Permanente de los Juegos Florales Hispanoamericanos. Por supuesto, estoy hablando del licenciado Juan Lisandro Morales Gavarrete, quien también se desempeña como representante del Colegio de Abogados ante el Consejo Directivo del Registro de Información Catastral.
Hace pocos días, en su último viaje a Suramérica, como ponente del VI Congreso Americano de Derecho Agrario, este profesional quetzalteco fue nombrado, según Resolución 908-2009, Profesor Honorario, de la Universidad Católica de La Plata; "por su relevancia en el ejercicio de la docencia, la investigación y su quehacer cultural", describe el acta. Licenciado Juan Morales Gavarrete.

PUNTO FINAL. Le cuento que por la columna del sábado anterior (La única tacha del nuevo magistrado Barrientos), recibí una llamada de Jorge Barrientos -foto derecha-; aguante usted, para agradecerme. Seguramente era todo lo contrario: políticamente o mente política. Hablando del alcalde, cada vez lo veo más solo; antes se hacía acompañar de varios de sus concejales y síndicos, ahora, por ejemplo, para el McDía Feliz, apenas el concejal séptimo lo seguía.