sábado, 21 de enero de 2012

Seis a ocho

Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 21 de enero de 2012

Por César Pérez Méndez
D-Frente

"No queremos que dentro de cuatro años nos digan que pasamos sin pena ni gloria", me dijeron, casi en coro, los concejales de oposición del tercer periodo del alcalde Jorge Rolando Barrientos.
Están preocupados, al mismo tiempo motivados y comprometidos; es una mezcla de sentimientos, porque es su primera vez en una silla de decisiones públicas.
Quisiera comenzar por llamarlos como se debe, porque no son concejales de oposición u "oposición constructiva", como se están haciendo llamar. 
Los sinónimos de la palabra oposición son: obstrucción, dificultar, estorbo, barrera, traba, impedimento y obstáculo. Entonces no puede haber oposición constructiva.
Los seis concejales, dos del Partido Patriota, dos de Creo, uno de Líder y otro de Viva-EG tampoco pueden ser llamados no oficiales, considerando a los de la UNE-Gana como oficialistas, porque todos fueron oficialmente, es decir, legalmente  electos y designados en sus cargos por el Tribunal Supremo Electoral, de acuerdo con los votos obtenidos; aunque existe duda sobre la legitimidad en uno de ellos.
Lo más apropiado es que sean llamados "concejales de los partidos minoritarios", una vez su candidato a jefe edil no consiguió el respaldo necesario o la mayoría de sufragios.
Como sea, ellos también son autoridad local y en la mesa de decisiones tienen un voto cada uno, el que no depende de lo conseguido en las urnas, sino de su decisión individual ahora como autoridad.
Aunque la incidencia aquí no depende de nada más que la matemática, porque las decisiones se definen por voto y ellos, los "concejales de los partidos minoritarios", están en desventaja; son seis contra ocho votos que tiene el alcalde Barrientos y sus concejales y síndicos.
De entrada, "para que no pasen sin pena ni gloria", deberán ser más inteligentes de lo que presumen. Ser estratégicos será la clave para que sus propuestas también encuentren eco y camino. Además de la negociación, porque no hay política sin pactos ni tratos; por supuesto, siempre y cuando beneficien a la población.

PUNTO FINAL. El riesgo de que uno o dos, del grupo de los seis, se pasen al partido local gobernante es inminente. 

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