viernes, 2 de marzo de 2007

Igual de delincuentes

Columna del sábado 3 de marzo de 2007

César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

No hay ninguna diferencia entre los delincuentes y los encapuchados que dicen ser estudiantes del Centro Universitario de Occidente, CUNOC; pues igual, asaltan, roban y extorsionan impunemente. Peor todavía, porque a los segundos nadie les dice ni hace nada.
En el tema de la Huelga de Dolores 2007, mucho tiene que ver el recién juramentado director de esa casa de estudios superiores, Eduardo Vital, aunque todo apunta que hará lo mismo que las anteriores administraciones: nada.
Durante la gestión de Carlos Sacalxot y Fernando Cajas, la autoridad universitaria fue nula en el desarrollo de la huelga, a pesar que por ser una actividad amparada en el estudiantado, debería estar bajo control y/o supervisión de la Dirección.
Definitivamente lo que ha faltado es voluntad de parte de los funcionarios universitarios, porque de querer, las cosas pueden ser diferentes y manejarse en otras circunstancias. No necesariamente habría que identificar plenamente a los del Comité de Huelga de Dolores, por si padecen de miedo, pero sus acciones podrían ser más transparentes, al menos, en el manejo del financiamiento de la actividad.
El papel de Vital puede marcar la diferencia en todo este despilfarro, porque tendría que cumplir con lo ofrecido durante su campaña; dijo que instituiría el orden en esas instalaciones. Se esperaría entonces, lo cual anhela el sector económico local, que interviniera para detener los chantajes (cobros obligados) y los abusos (pinta) cometidos contra la economía quetzalteca.
Sin embargo, por lo que se ha visto, Vital no accionará, porque de igual manera tiembla ante los encapuchados o, en el peor de los casos, porque le estarían compartiendo la tajada que, según datos de la Cámara de Comercio, lo reunido en las extorsiones supera los Q2 millones 500 mil.
Al no hacer nada y quedarse callado, Vital se convierte en cómplice de los desordenes y daños ocasionados, porque encapuchados lo hacen en nombre del centro que él dirige.
En los últimos años, después que los encapuchados pintarrajean los negocios que no colaboran, o mejor dicho, que no se dejan extorsionar, no hay contra quién proceder, sencillamente porque son anónimos, según los afectados. Aunque viéndolo bien, la denuncia debería ir encaminada contra la autoridad universitaria, por complicidad; así talvez haría algo para evitarlo.

PUNTO FINAL. El gobernador departamental, Salvador Gómez, también tiene responsabilidad en estos actos vandálicos, por negligencia. El año pasado hasta se pidió su destitución, pero nada de nada. ¿Qué se puede esperar?

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