viernes, 30 de marzo de 2007

Encapuchados: pudo más el miedo

Columna del sábado 31 de marzo de 2007

César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

Con este tema no hay que confundir las cosas, porque está más que claro. Al final de cuentas, ¿Por qué no se llevó a cabo la “pinta”? No es que estos personajes anónimos quieran cambiar su actitud o hayan razonado, como han vitoreado. Nada de eso. Aquí lo que pasó es que por fin hubo carácter de parte de las autoridades, principalmente del jefe de la Comisaría 41 de la Policía Nacional Civil, PNC, Rodolfo Chojolán Herrera, actitud que tampoco hay que aplaudir, porque naturalmente hizo lo que su cargo le exige: hacer que se respete la ley; es decir, evitar abusos y mantener el orden público.
Tampoco hay que confundir los términos, mucho menos traer a colación situaciones del pasado que nada tienen que ver con la coyuntura. Digo esto porque escuché a unos de los dirigentes del movimiento decir que habían optado por no salir a su tradicional “pinta” porque la represión del pasado había vuelto. Expresión totalmente alejada de la realidad. Si antes, para el conocimiento de estos sujetos, que tal vez ni son estudiantes universitarios, la persecución no era por estar dañado la propiedad privada, sino por ideología, por pensar diferente. Había persecución a lo que yo en este espacio estoy haciendo: ejercer la libertad de expresión.
Por eso digo que pudo más el miedo a ser capturados por sus ilícitos, y que en lugar de participar ayer en un desfile descolorido y carente de crítica, hubieran amanecido tras las rejas y, al final de cuentas, hasta sin poder “disfrutar” de la jugosa suma de dinero amasada por sus extorsiones impunes.
En todo este proceso, para evitar los daños, fue clave la captura de 11 involucrados, entre ellos, dos menores de edad. A pesar que ayer por la tarde fueron dejados en libertad condicional, si se confirma que son alumnos del Centro Universitario de Occidente, CUNOC, deben ser expulsados.
Se ha dado el primer paso, el primer año sin que los empresarios y comerciantes hayan tenido su “viernes de dolores” por las cuantiosas pérdidas dejadas por los daños.
Hay que hacer énfasis que la voluntad no es suficiente, porque siempre se tuvo para frenar a estos vándalos; lo que faltaba era carácter. ¿A cuántas de nuestras autoridades es lo que más les falta?

PUNTO FINAL. Una propuesta. Para que esto se acabe de una vez por todas, el otro año, nadie (empresarios, comerciantes y pilotos) debería dar un solo centavo a los encapuchados. Recuerden que en la capital, la huelga se financia con actividades internas.