viernes, 8 de enero de 2010

¿Cuál es el miedo?

Columna publicada en elQuetzalteco, el 9 de enero de 2010

Por César Pérez Méndez
cperez@elquetzalteco.com.gt
VERITAS

El político que tiene miedo no sirve, porque si no se puede controlar a sí mismo, cómo pretende conseguir el control -aceptación- de la mayoría; es casi imposible.
En este momento veo temor en muchos. Miedo a salir públicamente y hablar de sus aspiraciones electorales: todos quieren, pero casi nadie se anima.
Está la percepción de que éste es un año preelectoral, y finalmente así es, cronológicamente, pero no en la pericia, porque en el 2010 deben quedar definidos los contendientes, para que en el 2011 se dé el sprint final, cuando sean las elecciones generales.
No piense que me estoy anticipando o que esto es prematuro, lo planteo porque un proceso con tiempo tiene ventajas para todos, tanto para los aspirantes, como para que los votantes escojan bien y no terminen arrepintiéndose, como pasa por la euforia proselitista.
Aunque no me vayan a malinterpretar, porque tampoco les estoy diciendo que hagan campaña, porque no lo permite la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Deben esperar la convocatoria.
Pero sí debe ser natural y hasta valiente que los políticos digan, desde ahora, cuál es su aspiración y con qué partido, porque eso cuenta. Hasta parece que se hicieran los rogados, cuando sabemos que hay más gente que podría cumplir con el ejercicio del poder.
Por qué el miedo a decir que quiere ser alcalde o diputado, algo menos o más; incluso estos personajes deberían decir quiénes los acompañarían, con nombres propios, para saber de sus equipos. Por varias razones, porque es un derecho de los electores, pero también porque esto sumaría o restaría adeptos.
O qué tal quienes quieren reelegirse, lo deberían decir, a ver cómo les va.
Tampoco se trata de salir primero o de último, pero sí se debe tener el valor para enfrentar el examen, indagación, escrutinio y observación popular.

PUNTO FINAL. Miedo es una inquietud y angustia causados por un peligro real o imaginario. A lo mejor el temor de los políticos es el rechazo del pueblo; lo deberían averiguar.

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