lunes, 13 de diciembre de 2010

Iniciamos la semana número 50 del año

Interesante el editorial que publica hoy el matutino Prensa Libre. Preocupante, triste, pero real. Al tiempo de desearle una feliz semana. Estamos iniciando la semana número 50 del año; sólo quedan dos.

Universalidad de la corrupción

Dos acontecimientos distintos relacionados con el tema de la corrupción fueron noticia la semana anterior: una junta de la OEA, realizada en Brasilia con el fin de discutir cómo implementar la Convención Interamericana contra la Corrupción, y un informe de Transparencia Internacional, desde Berlín, según el cual una de cada cuatro personas en el mundo ha sobornado con dinero a funcionarios, para obtener servicios públicos básicos, en lo que la entidad denomina “corrupción menor”.

EDITORIAL

El tema de la corrupción es analizado en sus dos manifestaciones: por un lado, la que implica muchas veces millonarias cantidades que compran concesiones, leyes favorables a grupos económicos determinados, en varias ocasiones relacionados con los políticos de alto nivel, tanto fuera del Gobierno, pero aspirantes a llegar a controlarlo, como de quienes han llegado por la vía de los votos o por ser escogidos a dedo por quienes ganaron las elecciones. Por el otro lado, el tipo de corrupción que se conoce en Guatemala desde hace mucho tiempo con el elocuente término popular de “mordida”.

La OEA, en palabras de su secretario general, José Miguel Insulza, pidió al sector privado que participe en el combate de la corrupción y sancione a las empresas corruptoras, porque “si es parte del problema, debería ser parte de la solución”. El llamamiento está dirigido a “los países ricos”, para que sus empresas sean sancionadas si corrompen a funcionarios locales, y agrega que la falta de transparencia hace que la percepción de la corrupción sea mayor que la que es realmente.

El jefe de la OEA alabó la existencia en Brasil de un Portal de Transparencia, en el cual se puede acompañar la ejecución del presupuesto. La convención anticorrupción discute cómo implementar medidas en esta línea aprobadas por gobiernos de otras partes del mundo, así como la cooperación hemisférica.

En cuanto a las mordidas en el área latinoamericana, a nadie debe quedar duda de que la percepción popular reflejada en las encuestas de Transparencia Internacional implica aumento de quienes están seguros de que esta corrupción existe, por sufrirla en carne propia y porque la practican policías, funcionarios de juzgados o de municipalidades, de cualquier jerarquía, en poblaciones y en grandes ciudades, y muchas veces justifican tal actitud por tener muy bajos sueldos.

Ambos casos demuestran la universalidad de la corrupción. Son muy pocos los países que castigan la corrupción de sus empresas privadas en las actividades realizadas fuera de sus fronteras. El argumento es pragmático por excelencia: lo importante es vender en el extranjero, y con ello llevar trabajo a ese país, aunque implique enriquecer a alguien. Por otro lado, son muy pocos los ciudadanos dispuestos a negarse a dar esas mordidas, porque ello implica multas injustificadas, atrasos en trámites, etcétera. La más lamentable conclusión es que al estar presente la corrupción en todos los estratos, es la sociedad la que se vuelve corrupta y por ello su combate es cada vez más difícil, aunque oralmente todos la combatan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen inicio de la semana 50 del 2010. Ojala haya empezado bien para ud licenciado cesar........