Preocupante el reportaje que hoy publica el diario El País sobre la explotación sexual de mujeres en España, llevadas de otras partes del mundo; aunque aquí, en Guatemala, este tema está igual o peor.
La publicación dice que las leyes españolas vigentes son insuficientes para luchar contra la trata y se plantean reformas. Las víctimas sólo son protegidas a cambio de información "relevante"
Los policías que llevan años de lucha contra la trata, es decir, tráfico y prostitución, recuerdan los primeros años del combate. En una ocasión, los agentes consiguieron sentar en el banquillo de los acusados al dueño de un club donde se explotaba a mujeres. Dos mujeres, prostitutas del local, testificaron contra el hombre. El juez le condenó, pero no cerró su local. El argumento fue que sólo había dos víctimas de trata de personas. El resto de las mujeres que trabajaban en el local no habían denunciado. "Cerrar el local sería perjudicar a las que están porque quieren", dijo el magistrado a los policías.
La esclavitud de dos mujeres no fue una razón suficiente para clausurar el burdel.
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