sábado, 6 de noviembre de 2010

Los indigentes necesitan de usted

Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 6 de noviembre de 2010

Por César Pérez Méndez
VERITAS

Son las personas que carecen de vivienda adecuada y de ingresos propios, y que viven en una situación de pobreza y marginación social.
Justamente, ahora que usted está leyendo estas líneas, allá, por la zona tres de la ciudad de Quetzaltenango, un grupo de voluntarios que se hacen llamar "Ejército de Restauración" están haciendo su mejor obra social.
Pregunto y respondamos. ¿Cuándo un gesto o acción podría ser la mejor obra social? Cuando se hace a cambio de nada o sin que los beneficiados devuelvan el favor. Por eso es repugnante cuando la gente, principalmente a quienes conocemos como políticos, salen con su mejor cara para apantallar que son caritativos o de buen corazón.
Recordemos que las personas que hacen las cosas calladamente, sin colores ni banderas, son las verdaderamente honestas y de buen corazón. 
Este grupo, en su mayoría integrado por jóvenes de iglesias evangélicas, no están pidiendo que se divulgue lo que hacen, pero si hacen el llamado para que más personas se sumen al esfuerzo que, se sabe, es sin recompensa, por lo menos, materialmente.
Imagine que desde que usted estaba en pleno sueño y bien calientito, a las cuatro de la madrugada, estos amigos y amigas estaban ya en las calles de Xela para tomar de la mano a estas vidas desamparadas. 
A estas horas, ya los habrían alimentado y abrigado. Pero no es únicamente eso, pues el plan es que les corten el pelo, que los bañen y que, de ser necesario, los lleven a un albergue.
Me atrevo a pensar que esto es lo que quiere Dios, que no actuemos sólo para nosotros, sino que pensemos en nuestros semejantes que corren en otro carril, el del abandono.
La Conred estima que en la ciudad de Quetzaltenango hay 32 indigentes; yo creo que la cifra es mayor. 

PUNTO FINAL. Si no le da tiempo de ir al Centro Intercultural, esta mañana, no se preocupe, lo podría hacer solo; suficiente será llevar una de estas mañanas, una bebida caliente a unas cuantas vidas que también sienten, pero que les toca aguantar hasta que la hipotermia les gane la batalla.

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