sábado, 14 de mayo de 2011

27 años

Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 14 de mayo de 2011

Por César Pérez Méndez
VERITAS

Cuando una persona no conoce el país o la ciudad a donde llega, ¿qué hace? Pregunta, puede ser; aunque para saber no necesariamente hay que preguntar. Es suficiente leer, es decir, informarse.
Esa es una de las principales funciones de la prensa: ser una ventana al entorno.
Esta explicación o construcción de teoría la he comprobado cada vez que conozco a los antropólogos que vienen a la cosmopolita Quetzaltenango para conocer su riqueza cultural; porque en poco tiempo saben más que los propios anfitriones. No es que traigan su bola de cristal, sino que leen lo suficiente para tener claridad del escenario donde se encuentran.
Esa función de ofrecer un claro y completo panorama local y regional lo ha venido haciendo elQuetzalteco durante 27 años. 
El jueves reciente, 12 de mayo, este periódico arribó a un año más de servicio a sus lectores y anunciantes. 
El equipo humano que hace posible que la información llegue a sus manos, cada martes, jueves y sábado, recibió muchas felicitaciones y abrazos en nombre propio, aunque también lo hicieron en nombre de todos los colaboradores que han pasado por esta institución periodística a lo largo de todos estos años.
elQuetzalteco ha llegado a 27 años, gracias a la suma de esfuerzos y a la constancia de un equipo actual que abraza el compromiso que conlleva ser líder en el Suroccidente; un privilegio que se afianza por la confianza otorgada por lectores y lectoras.  
En sentido figurado, elQuetzalteco, hoy por hoy, es un joven adulto, firme y claro en sus objetivos. 
Ha crecido, se ha preparado, ha madurado y se ha comprometido con su misión vanguardista de informar, orientar e influir con veracidad, responsabilidad e integridad.
Y aún falta mucho, porque cada edición es una oportunidad. 

PUNTO FINAL. Este aniversario registrará un dato para la historia. El cambio de lema: Palabra de Honor da paso a Periodismo con tradición y orgullo; de acuerdo con la valoración que la población le da como ícono de la Ciudad de Los Altos.