miércoles, 22 de abril de 2009

A muchos sacerdotes no les gustaría convertirse en funcionarios

Por César Pérez Méndez

El presidente paraguayo Fernando Lugo estaría por responder, en las próximas horas, a la segunda acusación de paternidad, luego que ayer sostuviera una reunión con su equipo de asesores.
El lunes reciente cuando salió a luz el nuevo escándalo, el ex sacerdote católico y ahora mandatario paraguayo no confirmó ni desmintió su eventual paternidad sobre un segundo retoño, que le reclamara una joven mujer de 27 años y quien está dispuesta a una prueba de ADN por la vía judicial, para demostrar que tiene un hijo de 7 años con el referido presidente. Benigna Leguizamón asegura que el ex obispo católico es el padre de su hijo Lucas Fernando, nacido el 9 de setiembre de 2002 en el departamento de San Pedro; en ese entonces, el ex prelado era titular de la Diócesis de esa jurisdicción. El primer caso salió a luz el reciente 13 de abril, cuando Lugo reconoció que siendo obispo sostuvo un romance con Viviana Rosalith Carrillo Cañete, de 26 años, con quien concibió al niño Guillermo Armindo, quien cumplirá 2 años el próximo 4 de mayo.
A como van las cosas, no dudo que pronto saldrán un tercereo, cuarto y quinto dijo del ex obispo.
A raíz de este caso, cuántos curas ni locos se postularían para presidentes, no sólo en ese país sudamericano, sino que también en Guatemala; porque si gano, dirán, Dios me libre.
Ahora sí, la vida de Lugo ya amerita una película que podría llamarse, Los crímenes del Padre Lugo, al estilo del Crimen del Padre Amaro. O sugerirle a Gabriel García Márquez escribir las muchachas tristes de Lugo.












Ella es Benigna Leguizamón, de 27 años, quien dice tener un hijo con el ex obispo, convertido ahora en presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

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